sábado, 31 de octubre de 2009

Historias bíblicas para niños

Siempre me impresionó el alto grado de ignorancia que muchos católicos profesan a la supuesta fuente de su fe, la Biblia. En más de una oportunidad me encontré a mi mismo explicándole a distintos “cristianos” distintos versos de sus “sagradas escrituras”. Es gracioso ver la cara que algunos ponen cuando les explicas que por ejemplo en ninguna parte de la biblia se menciona que los reyes magos fueran 3, o que las imagines de la pasión de cristo, tan vividamente expuestas por Mel Gibson en su película, son en su mayoría imágenes y preconceptos desarrollados en la Edad Media como forma de alimentar el antisemitismo. Punto aparte merece la consideración del rechazo hacia los judíos de una parte de los cristianos cuando el supuesto salvador de toda la humanidad era por sobre todas las cosas un judío.

Por eso en esta entrada me gustaría contar algunas historias que aparecen en la biblia y que lamentablemente no tienen mucha publicidad, debido al hecho de que las moralejas que dejan son en el mejor de los casos enormemente perturbadoras.

Primera historia: ¿Dónde jugaran las niñas?

Todos conocemos la historia de Sodoma y Gomorra y como su comportamiento pecaminoso llevó a que Dios decidiera redecorar la zona con grandes cantidades de azufre. También sabemos que el único sobreviviente fue Lot y su familia debido a que era bueno a los ojos del señor. Lo que tal vez no es muy conocido fue que cuando los ángeles de Dios vinieron a advertirle, los corruptos habitantes de la ciudad se acercaron hasta su casa y demandaron que entregara a los visitantes. A esto Lot respondió:

“Yo tengo dos hijas que todavía son vírgenes. Se las traeré, y ustedes podrán hacer con ellas lo que mejor les parezca. Pero no hagan nada a esos hombres, ya que se han hospedado bajo mi techo”

Génesis 19-8.

Enorme demostración de la autoridad moral de nuestro protagonista. Es evidente porque Dios decidió salvarlo. Pero la historia no termina aquí. Lot y su familia escapan ya que los ángeles los protegen de la turba, lamentablemente su esposa se convierte en una estatua de sal cuando comete la enorme ofensa de mirar la destrucción de la ciudad cuando Dios expresamente lo había prohibido. Lot y sus dos hijas se radican en las montañas pero pasado un tiempo ciertas ansias empiezan a despertar en ellas.

Entonces la mayor dijo a la menor: "Nuestro padre está viejo y no hay ningún hombre en el país para que se una con nosotras como lo hace todo el mundo.
Emborrachémoslo con vino y acostémonos con él; así, por medio de nuestro padre, tendremos una descendencia".
Esa noche dieron de beber a su padre, y la mayor se acostó con él, sin que él se diera cuenta de lo que sucedía.
A la mañana siguiente, la mayor dijo a la menor: "Anoche me acosté con mi padre; emborrachémoslo otra vez esta noche, y acuéstate tú con él. Así tendremos una descendencia".
Esa noche volvieron a dar de beber a su padre, y la menor se acostó con él, sin que él se diera cuenta de lo que sucedía.
Las dos hijas de Lot quedaron embarazadas de su padre;

Génesis 19; 31-36

Bueno nadie podrá dudar de que esta familia no estuviera unida. Pasemos a las moralejas:

Primer moraleja: No hay nada más sagrado que el respeto por los huéspedes. En cuanto a tus hijas, entrégalas a la fiesta.
Segunda moraleja: Relean el título de la historia.

Sinceramente yo no entiendo porque junto con los típicos cuentos infantiles, a los niños no se les cuenta la historia íntegra de Lot. Como dirían por ahí es entretenimiento para toda la familia. Además; ¿no es la biblia la única y verdadera fuente de nuestra moralidad?

sábado, 3 de octubre de 2009

El fin de la primavera




Cuando hablamos de manifestaciones sociales ocurridas en 1968, a mucha gente le vendrá a la mente el “Mayo francés”. Sin embargo, hoy no pienso abordar ese tema, sino realizar una mención a un acontecimiento que ocurrió del otro lado de la cortina de hierro, y que por alguna razón, obtuvo menor publicidad que lo ocurrido en Francia.

Habían pasado más de 10 años desde la última vez que una de las naciones “satélites” de la URSS había intentado liberarse del yugo soviético, y embarcarse en los caminos de su propia soberanía. Hungría había pagado caro su “osadía”, y por más de una década ninguna nación de Europa del Este se atrevió a manifestarse contra la todopoderosa URSS. Sin embargo, una combinación de escaso crecimiento económico, sumado a la ausencia de libertades solo podía tener un resultado. En enero de 1968 los checos intentaron llevar adelante una serie de medidas tendientes a crear un socialismo más democrático, la “Primavera de Praga” había comenzado.

Por ese entonces Alexander Dubcek, un comunista reformador, había tomado las riendas del Partido Comunista de Chescolovaquia. Sinceramente preocupado por las penurias de su pueblo, Dubcek propuso llevar adelante una serie de reformas tendientes a crear un “socialismo con rostro humano”. Las medidas incluían crear una economía mixta, debilitar las políticas represivas, permitir en cierto grado la libertad de expresión, terminar con el sistema de partido único y federalizar el país, otorgándole al pueblo eslavo la posibilidad de crear un estado autónomo.

Por supuesto que Moscú no vio con buenos ojos esta situación, y a pesar de que Dubcek siempre afirmó que nunca renunciaría a los preceptos generales del comunismo, decidió invadir militarmente el país y acabar con la revolución “burguesa”. En la noche del 20 de agosto de 1968 tropas del Pacto de Varsovia invadieron el país. Dubcek pidió encarecidamente al pueblo checo que no se resistiera, y este reaccionó adoptando una oposición no violenta. De todas formas centenares de checos fueron asesinados y varios cientos heridos.

Aplastada la revuelta popular, Dubcek fue detenido y destituido. Su sucesor, Gustav Husák, se encargó de eliminar todas las reformas que el régimen anterior había efectuado, y se realizó una purga generalizada buscando eliminar los elementos “reaccionarios” del sistema.

La represión de la “Primavera de Praga” se recuerda como uno de los actos más imperialistas que la URSS llevó a cabo en su historia. Como había ocurrido otras veces en el pasado, la gran potencia comunista no dejaría jamás que uno de sus “satélites” intentara recuperar su soberanía, o intentara la puesta en práctica de un socialismo que se apartara de la versión soviética.