lunes, 28 de febrero de 2011

¿Qué es la homeopatía?

Hace tiempo que no posteaba nada, pero el otro día navegando me encontré con este magnifico vídeo. Acá esta uno de los debunker más importantes de la actualidad desmontando la farsa homeopática.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Algunas preguntas para la "medicina alternativa"

Navegando por Internet es muy sencillo encontrarse con muchas páginas de "medicina alternativa". Si bien la variedad y la contradicción son una constante de las mismas, todas afirman tener en sus manos el secreto para la curación milagrosa de un sinfin de enfermedades, que van desde la gripe hasta el cáncer. Sin ser ningún entendido en medicina, ya que no es mi área de especialización, me gustaría que algún "experto" del área me respondiera alguna de estas preguntas. ACLARACIÓN: Algunas de las preguntas que aparecen a continuación fueron elaboradas por Ezequiel, dueño del blog Alerta Pseudociencias, el cual recomiendo visitar.

  • Si esas prácticas funcionan, ¿dónde están los estudios que demuestran la existencia de un efecto ESTADÍSTICAMENTE SIGNIFICATIVO?
  • ¿Por qué las malvadas farmaceuticas gastan MILES DE MILLONES de dólares y años en investigación médica, cuando patentando y produciendo las curas "milagrosas" podrían obtener márgenes de ganancia infinitamente superiores?
  • En vez de gastarse MILES DE MILLONES de dólares en medicina convencional, ¿por qué el Estado no invierte en medicinas alternativas, la cual solucionaría TODOS los problemas de la Salud Pública con una fracción del costo?
  • Si la medicina alternativa es "milenaria" ¿Por qué la calidad y esperanza de vida de las personas sólo pasó de 30 o 40 años cuando surgió la medicina científica?
  • ¿Por qué se inventó la medicina científica si los equilibrios energéticos ya servían para curar?
  • ¿Cómo hacen para funcionar las medicinas alternativas si todas se basan en principios que no sólo son irreales, sino que se excluyen mutuamente?

Todas las preguntas para engrosar esta lista son bienvenidas.

sábado, 23 de octubre de 2010

¿Sindicalismo o Corporativismo?

El 6 de octubre tuvo lugar el primer paro general del PIT-CNT en el gobierno de Mujica. Sin embargo en los meses previos ha habido tres huelgas parciales, siendo la última de ellas una semana antes del paro del 6 de octubre. Tal nivel de movilización sindical parecería reflejar la situación de un país en crisis, donde los niveles de actividad o empleo estarían más que mermados. Pero analicemos la situación del país en los últimos años:


Esta gráfica muestra el crecimiento económico del Uruguay en los últimos 5 años. Para un país que en “promedio” crece en el entorno del 2% anual, estas tasas reflejan un contexto bastante auspicioso. Si observamos todo el quinquenio apreciaríamos que el PBI aumentó un 34,5%, lo que en “cristiano” significa que la riqueza del país en estos 5 años creció en un tercio. Alguien podría decirme que esta medida no tiene importancia, que la “riqueza” se la llevaron las clases altas, así porque no observamos como ha evolucionado el principal ingreso de los trabajadores, el salario.

Esta gráfica muestra la evolución de los salarios reales, o sea los salarios descontados los efectos de la inflación, para los últimos 5 años. Si tomamos de vuelta en consideración todo el quinquenio notaríamos que el poder adquisitivo de los trabajadores aumentó un 29%, valor bastante cercano al crecimiento de la riqueza del país. Ahora, ¿qué significa este número? Significa que hoy los trabajadores de nuestro país pueden adquirir un tercio MÁS de bienes y servicios que hace 5 años.

Mientras que los países desarrollados todavía sufren los coletazos de la crisis que se inició en el 2008, en agosto el desempleo en Uruguay alcanzó el 6,2 %, su nivel MÁS BAJO DE TODA LA HISTORIA. Y así me pregunto, ¿si en estas circunstancias los sindicatos se movilizan de una forma tan marcada, que pasará cuando al país lo embista otra crisis? ¿Ir a cuatro huelgas en un período tan corto y en este contexto, no desvirtúa el objetivo de este tipo de manifestaciones? ¿Estos comportamientos no se parecen más a los de un corporativismo que se afana por mantener sus privilegios a costa del interés general?

Mientras escribo esto leo las reivindicaciones del PIT-CNT, y parecería que nadie les explico los errores que el Uruguay cometió en los últimos 50 años. De vuelta plantean solventar industrias y actividades totalmente imposibles e impracticables desde el punto de vista económico. Parecería que directamente se “pasaran por el forro” las lecciones que nos dejó el ultimo medio siglo de historia económica nacional. Por ahora, por suerte, parecería que el Gobierno si ha entendido la situación, como lo reflejó el presidente en su Discurso de Asunción: “No queremos repetir errores del pasado.En particular no queremos que nos vuelva a pasar lo que ocurrió entre los años 50 y 70, cuando la sociedad desperdició enormes recursos, en la quimera de industrias imposibles. Ya una vez quisimos ser autárticos, y producirlo todo fronteras adentro. Nos fue mal, muy mal. Seria criminal no aprender de aquellos dolores y volver a una economía enjaulada y cerrada al mundo”.


sábado, 11 de septiembre de 2010

En el valle de la sombras

Fuente: “Miles de Millones” Carl Sagan

Me gustaría creer que cuando muera seguiré viviendo, que alguna parte de mí continuará pensando, sintiendo y recordando. Sin embargo, a pesar de lo mucho que quisiera creerlo y de las antiguas tradiciones culturales de todo el mundo que afirman la existencia de otra vida, nada me indica que tal aseveración pueda ser algo más que un anhelo.

(…) Disfrutábamos de una aparente buena salud, nuestros hijos crecían, escribíamos libros, habíamos emprendido nuevos y ambiciosos proyectos para la televisión y el cine,
pronunciábamos conferencias y yo seguía consagrado a la más atrayente investigación científica. Una mañana de finales de 1994, de pie junto a la tarjeta enmarcada, Annie advirtió que no había desaparecido de mi brazo una fea mancha de color negro azulado que llevaba allí muchas semanas. «¿Por qué sigue ahí?», preguntó. Ante su insistencia, y un tanto de mala gana (las manchas negrozuladas no pueden ser graves, ¿verdad?), fui al médico para que me hiciese un análisis de sangre.

(…)Mis glóbulos rojos, que llevan oxígeno a todo el cuerpo, y mis glóbulos blancos, que combaten las enfermedades, habían disminuido considerablemente. De acuerdo con la explicación más probable, se trataba de un problema con los hemocitoblastos, que, generados en la médula ósea, son los precursores habituales de glóbulos blancos y rojos. El diagnóstico fue confirmado por expertos en este campo. Yo padecía una enfermedad de la que nada había sabido hasta entonces: mielodisplasia. Su origen es casi desconocido. Me asombró saber que, si no hacía nada, mi probabilidad de supervivencia era cero. Moriría en seis meses. Yo era activo y productivo. La idea de hallarme en el umbral de la muerte se me antojó una broma grotesca.

Sólo existía un medio conocido de tratamiento capaz de generar una curación: un trasplante de médula ósea, pero sólo funcionaría si encontraba un donante compatible. Aun enton¬ces, habría que suprimir enteramente mi sistema inmunitario para que mi cuerpo no rechazase la médula ósea del donante. Sin embargo, una represión seria del sistema inmunitario podía matarme de varias otras maneras; por ejemplo, limitando mi resistencia a las enfermedades de tal modo que estuviese a merced de cualquier microbio que se cruzara en mi camino.

El primer paso consistía en averiguar si podíamos hallar un donante compatible. Algunas personas jamás lo encuentran. Annie y yo llamamos a mi única hermana, Cari, menor que yo. Me mostré reticente e indirecto. Cari ni siquiera sabía que estaba enfermo. Antes de que yo pudiera concretar, me dijo: «Cuenta con ello. Sea lo que sea..., el hígado..., los pulmones..., como si fuera tuyo.» Todavía se me hace un nudo en la garganta cada vez que pienso en la generosidad de Cari. Sin embargo, no había ninguna garantía de que su mé¬dula ósea fuese compatible con la mía. Se sometió a una serie de análisis y, uno tras otro, los seis factores de compatibilidad encajaron con los míos. Resultaba la donante perfecta. Había sido increíblemente afortunado.

Al final del tratamiento, mis glóbulos, tanto los rojos como los blancos, procedían principalmente de Cari. Los cromosomas sexuales eran XX, en lugar de XY como en el resto de mi organismo. Por mi cuerpo circulaban células y plaque¬tas femeninas. Esperé que algunas de las características de Cari empezaran a manifestarse, como, por ejemplo, su pasión por la equitación o por asistir a media docena de representaciones teatrales seguidas, pero jamás sucedió.

Annie y Cari salvaron mi vida. Siempre agradeceré su amor y su ternura. Tras salir del hospital, necesité toda clase de asistencia, incluyendo medicinas administradas varias veces al día por medio de un catéter introducido en mi vena cava. Annie era mi «cuidadora autorizada»; se encargaba de darme los medicamentos de día y de noche, de cambiar los apósitos, de comprobar las constantes vitales y de aportar un aliento esencial. Las perspectivas de quienes ingresan solos en un hospital son, comprensiblemente, peores.
Por el momento había salvado la vida gracias a las investigaciones médicas. En parte no era otra cosa que investiga¬ción aplicada, tendente a ayudar a la curación o mitigar directamente enfermedades mortales, pero por otra se trataba de investigación básica, concebida sólo para entender cómo operan las cosas vivas, sin renunciar por ello a imprevisibles beneficios prácticos.
También me salvé gracias a los seguros médicos de la Universidad de Cornell y, en calidad de cónyuge de Annie, de la Writers Guild of America, la organización de autores de películas, televisión, etc. Existen decenas de millones de per¬sonas en Estados Unidos sin semejantes seguros médicos. ¿Qué habríamos hecho en su caso?
En mis textos he tratado de mostrar cuan estrechamente emparentados estamos con otros animales, qué cruel es infligirles dolor y qué bancarrota moral significa matarlos para, por ejemplo, fabricar lápices de labios. Aun así, como señaló el doctor Thomas al recibir su premio Nóbel: «El injerto de médula no podría haber logrado aplicación clínica sin la investigación en animales, primero con roedores endógamos y luego con especies exógamas, sobre todo el perro.» Esta cuestión me crea un gran conflicto, ya que de no haber sido por la investigación con animales hoy no estaría vivo.

De modo, pues, que la vida volvió a la normalidad (…) Así, tras varios meses en casa (mi pelo creció de nuevo, recobré mi peso, el número de glóbulos rojos y blancos volvió a ser el normal y me sentía perfectamente), uno de los rutinarios análisis de sangre me arrebató la esperanza.

«Lamento decirle que tengo malas noticias», declaró el médico. Mi médula ósea había revelado la presencia de una nueva población de células peligrosas que se reproducían rápidamente. A los dos días, mi familia y yo regresamos a Seattle. Escribo este capítulo desde mi cama de hospital en el Hutch. Gracias a un procedimiento experimental recientemente descubierto, han determinado que esas células anómalas carecían de una enzima necesaria para protegerlas de dos agentes quimioterapéuticos habituales que no me habían aplicado antes. Tras un tratamiento con esos agentes, no encontraron en mi médula más células anómalas. Con el fin de eliminar las que pudiesen haber quedado (pues se reproducen a toda velocidad) sufrí otros dos tratamientos de quimioterapia, a los que seguirían más células de mi hermana. Una vez más había recibido, al parecer, lo mejor para una curación completa.

Muchos me han preguntado cómo es posible enfrentarse a la muerte sin la certeza de otra vida. Sólo puedo decir que esto no ha constituido un problema. Con alguna reserva acerca de las «almas débiles», comparto la opinión de mi héroe, Albert Einstein:
No logro concebir un dios que premie y castigue a sus criaturas o que posea una voluntad del tipo que experimentamos en nosotros mismos. Tampoco puedo ni querría concebir que un individuo sobreviviese a su muerte física; que las almas débiles, por temor o absurdo egotismo, alienten tales pensamientos. Yo me siento satisfecho con el misterio de la eternidad de la vida y con un atisbo de la estructura maravillosa del mundo existente, junto con el resuelto afán de comprender una parte, por pequeña que sea, de la Razón que se manifiesta en la naturaleza.

Los fragmentos a continuación fueron escritos por su esposa.

(…) En Seattle, una radiografía reveló que Carl padecía una neumonía de causa desconocida. Los repe¬tidos análisis no lograron determinar si su origen era bacteriano, viral o fúngico. La inflamación de sus pulmones constituía tal vez una reacción tardía a la dosis letal de radiaciones que había recibido seis meses antes como preparación para el último trasplante de médula ósea. Unas grandes dosis de esteroides sólo consiguieron aumentar sus sufrimientos y no hicieron ningún bien a sus pulmones. Los médicos empezaron a prepararme para lo peor. A partir de entonces, cuando iba por los pasillos del hospital encontraba en los rostros familiares del personal expresiones harto diferentes. Me esquivaban y rehuían mi mirada. Era preciso que viniesen los chicos. Cuando Carl vio a Sasha, pareció operarse en su condición un cambio milagroso. «Bella, bella Sasha —exclamó—. No sólo eres bella, sino también maravillosa.» Le dijo que si conseguía sobrevivir sería en parte por la fuerza que le brin¬daba su presencia. Durante unas cuantas horas los monitores del hospital registraron lo que parecía un cambio completo. Mis esperanzas aumentaron, pero en el fondo no podía dejar de advertir que los médicos no compartían mi entusiasmo. Vieron aquella momentánea recuperación como lo que era, «veranillo de otoño», la breve pausa del organismo antes de su pugna final.
—Esto es un velatorio —me dijo serenamente Carl—. Voy a morir.
—No —protesté—. Lo superarás como ya hiciste antes, cuando parecía que no quedaban esperanzas.
Se volvió hacia mí con el mismo gesto que yo había contemplado incontables veces en las discusiones y escaramuzas de nuestros 20 años de escribir juntos y de amor apasionado.

Con una mezcla de buen humor y escepticismo, pero, como siempre, sin vestigio de autocompasión, repuso escuetamente:
—Bueno, veremos quién tiene razón ahora.
Sam, de cinco años ya, fue a ver a su padre por última vez. Aunque Carl luchaba por respirar y le costaba hablar, consi¬guió sobreponerse para no asustar al menor de sus hijos.
—Te quiero, Sam —fue todo lo que logró musitar.
—Yo también te quiero, papá —dijo Sam con tono solemne.
Desmintiendo las fantasías de los integristas, no hubo conversión en el lecho de muerte, ni en el último minuto se refugió en la visión consoladora de un cielo o de otra vida. Para Carl, sólo importaba lo cierto, no aquello que sólo sirviera para sentirnos mejor. Incluso en el momento en que puede perdonarse a cualquiera que se aparte de la realidad de la situación, Carl se mostró firme. Cuando nos miramos fijamente a los ojos, fue con la convicción compartida de que nuestra maravillosa vida en común acababa para siempre.

Carl Edward Sagan murió el 20 de Diciembre de 1996, a la edad de 62 años, debido a una neumonía.



lunes, 26 de julio de 2010

Vivir la historia

Domina, se queda con ella en la mitad de la cancha, la tiene, le paga al arco GOL. Muntari, gol de Ghana…..

Ghana nos hace un gol en la última jugada del primer tiempo y por primera vez en lo que va del mundial veo a Uruguay en desventaja en el marcador. Hasta acá llegó mi tranquilidad, los nervios me invaden. Me paro, y hasta que finalice el encuentro no vuelvo a sentarme. Le mandó una mirada de preocupación a mi amigo: “Aguanta, lo levantamos en el segundo” me dice. Yo no estoy tan seguro.

A ver si dobla Diego, a ver si dobla Diego, doblo, GOOOOOOOOOLLLLLL…….URUGUAYO…….Forlán……

Como durante todo este mundial grito el gol hasta lo que me da la garganta. Salgo al jardín de la casa de mi amigo: “Uruguay carajoooooooooooooo”, grito de vuelta con todo mi ser. A la distancia se escuchan fuegos artificiales, estamos de vuelta en carrera.

Se va expulsado y llorando Suarez. Le va a pegar Gyan, va Gyan……….LO ERRRRRROOOOOO, LO ERRRRRRRROOOOOOOO GYAN Y TERMINO.

Penal y expulsión en el minuto 121 del alargue, entro en un estado de shock que me acompañará los próximos 15 minutos. Mis ojos no dan crédito a lo que ven, no lo puedo creer, de una falta inventada, viene un penal para Ghana, me quiero morir. “No nos merecíamos esto” pienso. Veo como se acomoda Gyan, solo una palabra define este momento, resignación.
Veo como esa pelota se estrella en el travesaño, salto de alegría, no lo puedo creer. Una nube de irrealidad empieza a formarse alrededor de la situación, entro como en un estado de trance. Mi amigo lo grita como si fuera un gol, salta, putea y grita con todo.

El Seba, el Seba, el Seba toma carrera, vaaaaaaaaaa GOOOOOOOOOOOLLLLLL, GOOOOOOOOOOOOOLLLLLLL, GOOOOOOOOOLLLLLLLL……..URUGUAYYYYYYYYYYYYY, URUGUAYYYYYYYYY, URUGUAYYYYYYYY…………..

Grito, pero es un grito distinto a todos los que he vivido por futbol. En seguida me abrazo con mi amigo y saltamos de alegría como si fuéramos unos chiquilines, no lo podemos creer, no lo puedo creer.
Pasado ese momento mágico, salgo al jardín, “Uruguay la con….. de la madre!!!!!!!!!” grito hasta que me falta el aire. Como hincha de fútbol, viví muchos momentos emocionantes, pero nunca algo como esto. Me siento en un banco, y ahí caigo en cuenta, Uruguay está entre los 4 mejores del mundial. Y ahí nomás con esa revelación pasa algo que nunca jamás me había pasado en mis 24 años de vida. Lloro de alegría. Después de tantas frustraciones, de tanto sufrir con la celeste, se me dio. Pasé toda mi vida escuchando a mi viejo hablar de las glorias de Peñarol, o a mi abuelo hablar del triunfo del 30 y de la gesta del 50, y nunca pensé que yo viviría algo parecido. Mientras las lagrimas siguen cayendo por mis mejillas, agradezco a este equipo, a esta selección. Por primera vez, desde que soy hincha de fútbol no escucho la historia, por primera vez la vivo.

¡GRACIAS MUCHACHOS!

(Las frases en cursiva son transcripciones del relato de Carlos Muñoz que realizó para Espn Radio Rivadavia. Vale la pena escucharlo, emocionan a cualquiera)

miércoles, 3 de marzo de 2010

¿Quién lo diría?

El 31 de Julio de 1963 un pequeño robo de armas en el Club de Tiro Suizo en Nueva Helvecia inauguraba una nueva etapa para el país. Una que no se vivía desde 1904 cuando el pueblo uruguayo se enfrento en armas por última vez. Aunque en ese momento el hecho no obtuvo mucha trascendencia, este sería el primer acto de un grupo de jóvenes que habían decidido acceder al poder a través de la lucha armada, el Movimiento de Liberación Nacional – Tupamaros hacía su aparición en la vida del país.

El lunes pude acudir a la toma de mando del nuevo presidente de la República, una ceremonia que estuvo cargada de simbolismos. Debo admitir que ver como los comandantes en jefe de las distintas casas militares le juraban fidelidad a un ex Tupamaro hizo que se me erizara la piel, porque supongo que no debe haber mayor prueba que esta, para demostrar la solidez de nuestra reconstituida democracia. Aquella que tanto los Tupamaros como el Ejército se encargaron de derrumbar hace tanto tiempo ya.

Soy de los que creen que la asunción de Mujica como nuevo presidente de los uruguayos es un signo de la fortaleza de nuestra democracia. Que un ex Tupamaro haya asumido la primer magistratura significa haber aceptado, por lo menos de forma tácita, que el único mecanismo para acceder al poder de forma legítima es a través de elecciones libres. Que acá no existen ni mesías, ni gente tocada por una varita mágica que es capaz de actuar mejor que el pueblo. Que el soberano ya existe y este se expresa cada 5 años para elegir a quien delega el poder, pero que el poder siempre es y será del pueblo y nadie, sea de derecha o de izquierda, debería olvidar eso.

El discurso del Presidente Mujica frente a la Asamblea General fue en mi opinión positivo. Mostró a un mandatario que hará del pragmatismo su bandera y que por lo menos intentará fundar las bases de lo que serán políticas de Estado, herramientas fundamentales para asegurar el desarrollo a futuro del país. Hace 9 meses escribía en este blog que Mujica encarnaba al nuevo populismo, hoy por suerte puedo decir que me equivoqué. Sin embargo hay que esperar que los hechos ratifiquen a las palabras, pero por lo menos las señales que se dan parecen ser muy positivas.

A este nuevo gobierno la mayor de las suertes. ¿Quién hubiera imaginado hace 40 años, que una persona que despreció y atentó contra la democracia, hoy sería su principal representante?

Saludos.

lunes, 30 de noviembre de 2009

Una oportunidad única


“…y ‘Ay’ de aquellos que se creen que el poder está arriba y no se dan cuenta de que el poder está en el corazón de las grandes masas. Me costó una vida aprenderlo”

José Mujica


El Uruguay comparte con la Argentina un curioso récord y que rara vez es mencionado por los políticos. Somos un caso único en el mundo de un país que al iniciar el siglo XX tenía dadas todas las condiciones para poseer hoy en día, niveles de desarrollo comparables con los de Australia o Nueva Zelanda. Así en los inicios del siglo pasado un uruguayo promedio era más rico que un portugués, español, noruego, italiano o finlandés. Pero sin embargo, por razones que no voy a explicar en esta entrada, nos fuimos quedando. El siglo XX fue el siglo de nuestra decadencia. Como país perdimos la oportunidad de alcanzar niveles de bienestar que nos hubieran ubicado muy por encima del promedio lamentable de América Latina. Hoy en día, para que nos hagamos una idea, un portugués es en promedio una vez y media más rico que nosotros, un español 2 veces, un noruego más de 3 veces, un italiano más de 2 veces y un finlandés casi 3 veces. Evidentemente perdimos mucho terreno.

¿A qué se debe esta introducción? Principalmente uno de los elementos que explican el triunfo de esas naciones es haber logrado amplios acuerdos programáticos en las áreas claves para el desarrollo de un país, lo que se conoce como políticas de Estado. Una política de Estado consiste en la concreción de acuerdos sobre algún tema en particular por todos los partidos políticos del país. Una vez que esto se logra, la política pasa a ser “de Estado” porque gobierne quien gobierne los lineamientos principales se mantendrán. Dicha situación brinda la estabilidad necesaria para que el país concrete planes de largo plazo que promuevan su desarrollo. Esto es lo que hizo Chile en su retorno a la vida democrática. Tanto la “izquierda” como la “derecha” de ese país han acordado el mantenimiento de una misma línea económica, que ha permitido el avance y el desarrollo de su economía. De esta forma Chile se convertirá en el primer país que en los 20 o 30 años siguientes abandone definitivamente el círculo de la pobreza en América Latina y dé el gran paso hacia delante.

Ahora con el triunfo del Frente Amplio y la llegada de José Mujica a la presidencia están dadas las condiciones para que estos acuerdos se logren. La coalición de izquierda propuso discutir la concreción de acuerdos programáticos en cuatro grandes áreas, educación, medio ambiente, seguridad y energía. A esto yo le agregaría la política económica, donde también en algunos temas es necesario el acuerdo. Por una vez me gustaría ver que lo que tanto se habló en los discursos de ayer se cumpla, que no quede sólo en palabras vacías. Todos debemos darnos cuenta que para construir el país en el que todos queremos vivir dentro de 30 años, debemos empezar hoy. Y eso no puede ocurrir si cada 5 años el ganador desea refundar la República.

Sinceramente soy bastante escéptico con que se logre un gabinete ministerial de varios partidos como se ha estado proponiendo. Pero si creo que se pueden lograr estos acuerdos en algunos temas. No será una tarea fácil, se deberá enfrentar a muchos corporativismos, tanto de empresarios como de trabajadores, que intentarán defender sus privilegios por encima del interés general, pero que lo disfrazarán como la defensa del “patrimonio nacional”. Pero este es un tema que ya se ha vuelto impostergable, y espero que los actores estén a la altura de las circunstancias.

Es una oportunidad única definitivamente. Podemos estar en las puertas de un nuevo Uruguay, donde los uruguayos por los menos en algunos temas bien concretos tiremos todos para el mismo lado. Si no lo hacemos así, como en el siglo pasado, seguiremos viendo como los demás nos pasan volando mientras que nosotros nos hundimos en la pobreza y el subdesarrollo.

Como alguien que se considera alejado de las dos grandes corrientes que dominan este país, le deseo lo mejor a este nuevo gobierno y a su presidente. Sinceramente espero que oficialismo como oposición estén a la altura de lo que se viene. Este es mi deseo, como ciudadano y como uruguayo.

SALUD.